Adicciones de conducta

Lunes, 2 de noviembre de 2.015

Adicciones conductuales o adicciones sin sustancias.

Las adicciones conductuales son aquellas en las que determinadas conductas que cumplen unas características muy determinadas son capaces de estimular al cerebro de una forma especial, produciendo finalmente también cambios en su forma de funcionar, que producen finalmente la adicción. Entre las adicciones conductuales encontramos: la ludopatía, la adicción al sexo, la adicción a Internet o a los móviles entre otros. En las pruebas de imagen se encuentran alteraciones similares en las adicciones conductuales que en las adicciones a sustancias.
Fuente: www.agaja.org

Fuente: www.psicologos-granvia.com

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Martes, 3 de noviembre de 2.015

Adicción al juego, ludopatía:
La ludopatía, o juego patológico como en ocasiones se la denomina, es una conducta descontrolada en relación al juego. El tiempo dedicado al juego cada día va incrementándose progresivamente llegando casi a ser el eje central de la vida diaria. La pérdida de control y el aumento progresivo de los gastos provocan graves consecuencias sociales y familiares. De hecho, la adicción al juego que se relaciona en un mayor número de casos con el suicidio. Se da con mayor frecuencia en mujeres, pero no es exclusivo de éstas.


Adicción al trabajo:
Se trata de una conducta desordenada que nos lleva a dedicar una enorme cantidad de nuestro tiempo al trabajo, sacrificando la vida personal casi por completo, sin ser consciente de que se deja de lado la familia y los amigos.


Adicción a internet:
Aunque puede sonar un poco raro, es bien cierto que con las nuevas tecnologías y el fácil acceso áctual a la red, se han creado unas nuevas patologías adictivas referentes al uso de internet. Generalmente se trata de personas que pasan mucho tiempo en chats (charlas por internet) o en juegos online. Lo que está claro es que no es un problema si se hace con mesura, por lo que no tenemos que alarmarnos si nuestros hijos pasan mucho tiempo delante del ordenador. El problema surge cuando la conducta es compulsiva y se dejan de atender otras facetas importantes como el trabajo, la familia o los estudios.

Como se puede comprobar, casi cualquier faceta de nuestro comportamiento puede degenerar en adicción patológica si no somos conscientes del tiempo y los recursos que le dedicamos, olvidando otros aspectos de nuestra vida diaria.

Fuentes: www.otrascosas.com


Miércoles, 4 de noviembre de 2.015

Adicción al sexo:
La adicción al sexo consiste en una actividad sexual normal que se ha transformado en obsesiva, al punto de que el comportamiento está fuera de control. La adicción sexual puede tomar muchas formas, desde el uso de la pornografía y la masturbación hasta repetidas relaciones sexuales y contratar prostitutas. En casos extremos, la adicción sexual puede involucrar asedio, violación e incluso asesinato. Las muchas formas de adicción sexual por lo común consisten en un comportamiento que se lleva a cabo en secreto. El adicto al sexo se vuelve hábil en esconder esta vida secreta de aquéllos que son más cercanos a él. El pensamiento obsesivo sexual y las fantasías sexuales se hacen cada vez más necesarias para lidiar con los problemas de la vida diaria. Los cambios en el estado de ánimo son frecuentes y esto hace cada vez más difícil la comunicación con los que lo rodean.
Fuente: www.saludlibertad.com



Martes, 17 de noviembre de 2.015

Adicción a la religión:
Cuando una persona cae en una adicción a la religión (cristiana, falso judío, falso mesiánico, falso noajismo, etc) existen muchas y diversas causas pero entre ellas la más importante es por su mal estar interior. Esto es consecuencia de la incapacidad, que siente de ser, actuar, pensar, y hacer de acuerdo a una expectativa equivocada de vida.

Esa expectativa puede ser consecuencia de errores ajenos como por ejemplo las obligaciones impuestas por la familia intentando buscar repuestas de su parte no coincidentes con su capacidad o temperamento o bien puede haber recurrido a la religión por una intima personal y muy fuerte insatisfacción consigo mismo.

En uno u otro caso, el adicto recurrió a las religiones como una salida, un escape o un maquillaje a su propia personalidad. Estaba sufriendo por su incapacidad de ser lo que los demás pretendían o el mismo se imponía. Existían entonces en el momento de integrarse a la religión, motivos importantes que explicaban su decisión, era entonces un individuo que sufría esos motivos.

Las religiones ahora le ofrecen una falsa satisfacción. Encuentra en ellas argumentos y disfraz, pero nada ha cambiado desde que se inicio en la religión hasta ahora. Por el contrario las dificultades comenzaron a crecer, son mayores y distintas al mal estar interior inicial se le han sumado los profundos vacíos que encuentra entre reunión y reunión.
Fuente: www.fulvida.com

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